La mezuzá siempre ha sido tanto un dispositivo para el recuerdo del pueblo judío como un medio para identificar la morada judía como un lugar donde Dios es honrado y reverenciado. La mezuzá se fija en el poste de la puerta en el lado derecho de la puerta aproximadamente al nivel de los ojos (aproximadamente un tercio del camino hacia abajo desde la parte superior de la puerta). Siempre se inclina ligeramente hacia adentro (porque incluso la Palabra de Dios se inclina ante el Creador). Para aumentar el valor mnemónico de la mezuzá, se coloca una en la entrada de cada puerta de una casa (excepto las de los armarios y baños).