Dios desea darnos una unción empresarial con el propósito de transformar naciones enteras. Recibir esa unción demanda administrar lo que Dios nos da con santidad, diligencia y sometimiento a su voluntad, obedeciéndolo en todo. Este es un viaje de 30 días donde pretendo afirmarte en el llamado que Dios tiene para ti como empresario, emprendedor o trabajador. Tu labor es una asignación importantísima que el Señor ha puesto sobre tus hombros para ser alguien de influencia. ¿Piensas que solamente unos cuantos están llamados a cumplir con la Gran Comisión que el Señor nos encargó? No, eso no es así. Todos estamos llamados. Tu influencia y tus riquezas tienen el objetivo de extender el Reino y cumplir con la Gran Comisión. Este es un mover de Dios para este tiempo, un llamado a hombres y mujeres de Dios, cuya prosperidad y extraordinaria capacidad empresarial los lleve a ser llamados y escuchados en esferas de influencia. El único Hacedor de verdaderas riquezas espera por ti.