Este mundo ha declarado la guerra a nuestros hijos.
Cada día, en una multitud de frentes de batalla, Satanás despliega armas de corrupción masiva contra ellos. La cultura moderna ha sido sistemáticamente diseñada con una agenda anti-Dios, anti-Cristo y anti-Escritura, con la intención de corromper y consumir los corazones y las mentes de los jóvenes más impresionables.
Nos encontramos en medio de un peligroso conflicto ideológico, con la eternidad en juego. Los padres cristianos no pueden simplemente dejarse arrastrar pasivamente por la corriente de esta cultura. Debemos estar conscientes de las amenazas que el mundo representa para nuestros hijos. Debemos entender el plan de batalla del enemigo y estar preparados.