Así como el sol no brilla solo para sí mismo ni los ríos beben su propia agua, influenciar a otros es un rasgo orgánico de la creación de Dios, y también nosotros fuimos hechos para afectar la vida de otras personas y nuestros contextos.
Dios hizo al ser humano para la influencia y debemos administrar nuestra capacidad de afectar a otras personas y nuestros entornos con sabiduría.
Este libro responde preguntas como:
¿Cómo profundizar y gestionar tus relaciones más importantes?
¿Cómo sintonizar tu voz con la de Dios para que tu vida sea un puente de su influencia?
¿Cómo administrar las demandas de un mundo en competencia para la colaboración con otras personas?
El anhelo de influencia de cada ser humano es instintivo y seminal y en vez de ser esclavizado con impulsos humanos o prejuicios culturales, debe ser redimido con la guía del Espíritu Santo.